Los mitos sobre el agua cruda

En Estados Unidos, y más concretamente en Silicon Valley, se ha puesto de moda beber agua cruda, es decir, recogida directamente del manantial y envasada y distribuida sin ser tratada ni filtrada, sin ningún control sanitario. Los ciudadanos que eligen esta opción beben agua tomada de la lluvia o los depósitos.

Al parecer se organizan en grupos para ir en busca de agua natural. Sin embargo, esta tendencia no está exenta de peligros y de polémica, puesto que 2.100 millones de personas en todo el mundo no tienen acceso a agua potable, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), lo que incrementa el riesgo de contraer enfermedades como la diarrea, el cólera, la disentería, la fiebre amarilla o la poliomielitis, e incluso de morir. Por este motivo, la Boticaria García ha decidido desmontar en su blog los mitos que rodean al agua cruda.

La sinrazón ha llegado hasta tal punto que existen empresas encargadas de embotellar esta agua o como Zero Mass Water, en Arizona, que instalan cisternas en las casas para recoger el agua directamente de la lluvia. Puede contener bacterias, virus y parásitos no tiene ningún control sanitario pero, sin embargo, sus defensores consideran que tiene más nutrientes y menos aditivos que la que pasa por las tuberías.

Desmontando el bulo del agua cruda

Algunas de las creencias más rocambolescas en las que está basada está moda son por ejemplo que tomar agua natural proporciona energía y paz o que los tratamientos para potabilizarla son dañinos, cuando realmente evitan la transmisión de numerosas enfermedades.

Estas y otras mentiras son comentadas por la Boticaria García, que también abre los ojos hacia los seguidores de esta tendencia: es posible beber agua natural de forma segura y con control. Para eso existen las empresas destinadas a comercializar agua mineral natural, lo que permite comprar el litro a 30 céntimos y no a seis euros.

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