5 mitos sobre el cáncer de tiroides

Los mitos sobre cáncer de tiroides pueden dificultar su prevención y diagnóstico y, por lo tanto, su tratamiento. Con motivo del Día Nacional del Cáncer de Tiroides , que se celebra el 28 de septiembre, la Asociación Española de Cáncer de Tiroides (AECAT) y el Instituto #SaludsinBulos se han unido para localizar y desmontar algunos de los mitos más extendidos que tienen que ver con las causas o factores de riesgo.

  1. Los hombres no tienen cáncer de tiroides. FALSO. Si bien es más común en las mujeres, también afecta a los hombres, especialmente a medida que envejecen, además, los bebés, niños y adolescentes de ambos sexos también pueden padecerlo.
  2. Las mamografías producen cáncer de tiroides. FALSO. No es necesario utilizar un protector plomado al hacerse una mamografía, tal y como explica la Sociedad Española de Protección Radiológica (SEPR). Durante la realización de la mamografía el tiroides no está expuesto directamente al haz de RX. Esto, junto a la técnica radiográfica utilizada, y al pequeño volumen irradiado, hace que la dosis de radiación dispersa recibida sea insignificante y, por lo tanto, no es un factor de riesgo.
  3. Cualquier tipo de bulto o nódulo en la tiroides es señal cancerígena. FALSO. La aparición de un nódulo tiroideo es muy común y a menudo son benignos. De hecho, según datos de la Sociedad Española de Otorrinolaringología y Cirugía de Cabeza y Cuello (SEORL-CCC) solo en el 5% de los casos ese bulto resulta maligno.
  1. El cáncer de tiroides se puede prevenir. FALSO. A pesar de que existen una serie de factores que pueden estar relacionados con dicha patología, como la exposición a radiaciones ionizantes y el déficit de yodo, su prevención actualmente no es posible porque no se conoce con certeza la causa de este cáncer.

 

  1. Todas las personas con cáncer de tiroides necesitan cirugía. FALSO. La cirugía es el tratamiento principal para este cáncer. Sin embargo, algunos casos presentan tumores muy pequeños y con ciertas condiciones especiales que pueden quedar en seguimiento activo sin requerir manejo quirúrgico.

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