El 45% de los españoles desconocía la existencia de grupos de antivacunas que difundan bulos de salud antes de la pandemia. Así se desprende de los resultados del I Estudio sobre Bulos en Vacunas, realizado por el Instituto #SaludsinBulos y Doctoralia, en colaboración con la Asociación Española de Vacunología (AEV).
El bulo que los ciudadanos han encontrado con más frecuencia en redes sociales en el último año, difundido principalmente por los grupos antivacunas, es la implantación de los microchips con las vacunas (53%), seguido de la modificación del ARN mensajero de nuestro ADN tras la inmunización (35%) y que las vacunas tienen grafeno y atraen los metales (33%). Además, el 77% de los españoles afirma conocer al menos alguno de los bulos sugeridos en la encuesta, bien por haberlo recibido personalmente o por haberlo recibido un familiar o amigo y la mitad considera que la información que ha recibido sobre vacunas durante la pandemia ha sido suficiente.
Carlos Mateos, coordinador de #SaludsinBulos, advierte que «los antivacunas aprovechan la confusión y el miedo para extender su discurso, sobre todo en medios y comunidades extremistas, en contra de los valores democráticos o de la evidencia científica, que consideran corrompida. El problema no es que les crean esas comunidades, sino que crean dudas en una parte de la población que acaba desconfiando de su médico y que deja de seguir el calendario vacunal recomendado, con lo que se ponen en peligro ellos y todo su entorno».
Más de 1.100 pacientes de toda España han participado en esta encuesta online para conocer el impacto de los bulos en la percepción de los ciudadanos sobre las vacunas. Una influencia que viene condicionada por la necesidad de los ciudadanos de buscar información sobre vacunas en Internet en el último año (el 56% reconoce haberlo hecho).
El doctor Luis Ignacio Martínez Alcorta, vocal de innovación de la AEV, valora este estudio como «una iniciativa necesaria para que, con muestras representativas de la población, se conozcan las amenazas a las que se enfrenta la ciencia y de esta manera se pueda hacer frente a la manipulación de ciertos sectores». «Estos grupos polarizan a la población y obvian los avances que en materia de salud se han logrado, tanto con las vacunaciones como con otras medidas preventivas», añade el experto.
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Los canales por los que circulan los bulos de vacunas
WhatsApp (43%), los medios de comunicación (42%) y Facebook (41%) son los principales canales por los que llegan los bulos sobre vacunas a los ciudadanos. En menor proporción, los españoles creen que las noticias falsas circulan a través de Twitter, Instagram, You Tube y Telegram.
» Desde que empezó la pandemia hasta el momento actual, la transmisión de bulos sobre vacunas ha cambiado mucho en algunas redes sociales. Twitter, Facebook y You Tube empezaron a implementar medidas de control de los bulos ante la presión social y la mayor concienciación sobre este problema. Lo que debe preocuparnos más ahora son canales emergentes como Telegram, donde se han refugiado los grupos antivacunas y en los que no hay ninguna clase de control», puntualiza Ricardo Mariscal, responsable de Relaciones Institucionales de #SaludsinBulos e investigador de la actividad de los antivacunas españoles en Internet.
Las dudas sobre vacunas en consulta
En lo que respecta a los bulos en consulta, 1 de cada 3 pacientes afirma que ha transmitido sus dudas a su especialista y muchas de estas consultas estaban relacionadas con la seguridad y eficacia de las vacunas. Además, el 69% de los pacientes que contaron sus preocupaciones e interrogantes a su médico asegura que todas las cuestiones planteadas le fueron resueltas.
El doctor Martínez Alcorta concluye agradeciendo «la contribución de los profesionales de la comunicación en la lucha contra los bulos, pues a través del análisis que se puede desprender de este tipo de estudios es posible esbozar la magnitud del problema e impulsar que desde la administración sanitaria y educativa se pongan en marcha medidas para promover hábitos de vida saludables y combatir la desinformación».