Entrevistas tras más de 2 años de pandemia
Guillermo Martín Melgar, ‘Farmaenfurecida’ en redes sociales, es farmacéutico comunitario, escritor y divulgador. En los últimos años ha alcanzado mucha notoriedad combatiendo youtubers que recomiendan «tratamientos milagro» y desmontando bulos de salud.
Cuál es la razón por la que se difunden los bulos?
Por parte de los medios de comunicación, suele ser conseguir clicks, porque un bulo es mucho más atractivo que una noticia real; también hay gente que busca ganar notoriedad; y luego hay bulos que se difunden con fines políticos.
¿Existen bulos que puedan suponer una amenaza para la salud pública o la salud de los individuos?
Sí, todos los bulos relacionados con la salud pueden suponer una amenaza para la Salud Pública en el sentido de que cualquier persona que los crea y los siga, puede ponerse en peligro a sí mismo o a los demás. Es lo que estamos viendo con el tema de las mascarillas y/o las vacunas: las personas ya no es que sólo se pongan en peligro a sí mismas, sino que además van pregonando que la gente les imite y asuma sus riesgos y unos comportamientos que les pueden poner en peligro.
¿Cómo ha afectado la pandemia a la difusión de bulos sanitarios en España?
La pandemia ha sido un desencadenante, en parte, porque muchas personas, especialmente, la generación superior a la nuestra, nuestros padres, han entrado por primera vez en contacto con las redes sociales, sobre todo, durante el confinamiento, porque se aburrían. Y las redes sociales, para una persona que sabe filtrar la información no pasa nada, pero para una persona que se cree todo lo que salga en Facebook, obviamente, eso es dinamita. Así que durante la pandemia yo diría que se ha potenciado por diez la cantidad de noticias falsas, aparte, que muchas de ellas, como las relacionadas con la pandemia, se van complementando, entonces ya son más que una noticia falsa, son una historia paralela, una bola de nieve de noticias falsas, y no una única noticia falsa suelta.
Índice de contenidos
Bulos en España
¿Qué tipo de bulos ha detectado como predominantes en España?
En España predominan dos tipos de bulos ahora mismo, que son los relacionados con política, que los vemos todos los días; y los de la pandemia y temas sanitarios. Realmente, somos un país muy acostumbrado a recomendar medicamentos, a que todo el mundo sea médico… Y ahora, llega la pandemia y todos queremos saber todo, y no puede ser, porque hay algunos tipos de conocimiento que requieren años y años de estudio y cuando no los tienes, metes la pata al hablar de ellos.
¿Qué medidas de salud pública cree que deberían adoptarse para atajar la desinformación?
Las medidas de Salud Pública, por lo pronto, serían eliminar subvenciones o multar y/o sancionar a aquellos medios que difundan información abiertamente falsa, y por abiertamente falsa me refiero a que esté demostrado científicamente que es falso lo que dicen, porque esto no es una cuestión de opinión, que cada uno tiene la suya. Estamos hablando de cosas que, o son verdad, o no.
¿Las agencias de verificación/ fact checking suelen acudir a profesionales para verificar la información?
Sí, las agencias de fact checking suelen recurrir a profesionales muy preparados, a algunos, de hecho, los conozco yo. El problema de estas personas que comparten bulos es que por lo general tienen un comportamiento tan sectario, que no confían en esos profesionales.
Las redes y los bulos
¿Qué papel desempeñan las redes privadas de mensajería en la difusión de bulos?
Con respecto a las redes privadas tipo Telegram y demás, el papel es muy amplio. Ahí se forman unas comunidades que se van retroalimentando unas a otras y sus miembros van interaccionando y haciéndose más fuertes y captando más gente. Realmente, las redes como Telegram, ahora mismo, son las sectas modernas.
¿Qué rol cree que desempeñan los medios de comunicación en la difusión de bulos sobre la salud?
Los medios de comunicación, por un lado, están exagerando mucho algunas noticias relacionadas con la salud y con el coronavirus con el fin de ganar clics, lo cual supone que la gente deje de fiarse de los medios de comunicación. E incluso, crean titulares sensacionalistas a los que luego las personas negacionistas y antivacunas recurren como arma arrojadiza, aunque no lean el cuerpo de la noticia.