La actividad de los negacionistas españoles se ha multiplicado en Internet. Desde hace unos meses, negacionistas y antivacunas se han unido para crear portales de noticias on line, webs donde promocionar vídeos antivacunas y grupos de Telegram, así como para convocar manifestaciones e impulsar campañas en redes sociales. Evitar la vacunación infantil contra la COVID19 a partir de otoño es una de sus prioridades y, para ello, cuentan con abogados que les asesoran, siguen consignas de grupos internacionales y están llevando a cabo campañas de desinformación en redes sociales con hashtags como “Los niños no se tocan”.
Según la investigación que está llevando a cabo el Instituto #SaludsinBulos sobre estos colectivos, cada día nace un nuevo canal negacionista español en Internet. Son ya más de 60 los grupos de Telegram que se dedican de forma constante a difundir bulos de salud que ponen en peligro la salud de la población y, en especial, a los más vulnerables. Algunos de estos grupos tienen más de 12.000 seguidores y son elegidos por los negacionistas por la falta de mecanismos de control de la plataforma: en Telegram cualquiera puede crear un grupo gratuito sin filtros, límites de miembros y de forma anónima.
Por otra parte, entre sus líderes hay periodistas autores de bestsellers, editores de revistas, biólogos, naturópatas y promotores de muy diversas pseudoterapias que, aseguran, pueden curar muchas enfermedades.
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El proyecto sobre el negacionismo español
La investigación que está efectuando #SaludsinBulos es para un libro, que lanzará en otoño, con testimonios de numerosos especialistas sobre la actividad y motivaciones de los negacionistas españoles y pautas para combatir su desinformación. Algunos de los expertos que colaboran en este proyecto son Gemma del Caño, farmacéutica y divulgadora, José Miguel Mulet, investigador y divulgador científico, Luis Santamaría del Río, teólogo y experto en sectas, Rocío Vidal (la Gata de Schrodinger), periodista científica y You Tuber, Guillermo Melgar, farmacéutico (Farmaenfurecida en redes), Alberto Nájera, físico y profesor de Radiología y Medicina Física de la Universidad de Castilla-La Mancha y María José Mas, neuropediatra, entre otros.
Para Ricardo Mariscal, responsable de relaciones institucionales de #SaludsinBulos y uno de los autores del libro, que recibirá el nombre de Negacionistas contra la salud, “hay muchas falsas creencias sobre los negacionistas que debemos descartar. No son tan pocos, no están desorganizados e ignorarles no funciona porque así creen que les tenemos miedo. Su influencia es creciente entre personas que dudan sobre la eficacia de las vacunas o que recelan de las decisiones tomadas por los gobernantes en materia sanitaria. Y estos grupos también son un imán para sujetos inadaptados y descontentos, que canalizan su rabia y frustración oponiéndose a todo lo que ellos consideran como poderes establecidos”.
“Además”, -añade Mariscal- “su agresividad ha aumentado desde el inicio de la pandemia. Hasta ahora se unían para atacar en redes sociales a los profesionales sanitarios que exponen sus mentiras, pero ahora sus amenazas han pasado a otro plano, editando panfletos amenazantes que tratan de dejar en centros de salud y hospitales”.
Hay que replicar a los negacionistas
Los expertos consultados por #SaludsinBulos coinciden en que los bulos generados por estos grupos no deben quedarse sin réplica: han de ser desmontados con evidencia científica y denunciada su actividad contra la salud en Internet.
Estos especialistas destacan que la labor de desenmascaramiento de los propagadores de bulos, así como la concienciación de la población, ha de ser conjunta entre profesionales e instituciones: han de colaborar tanto divulgadores sanitarios como comunicadores, autoridades e instituciones.