Cualquier persona estaría alarmada con este titular. Como para no estarlo.
Llega el momento de dar la información que hace aburrida la noticia.
El autor de esta noticia dice que los biberones tienen esta sustancia a la que ya hemos catalogado como “más malo que el demonio”. Pues bien, ese monómero que se usa en la fabricación de objetos plásticos está autorizado por el Reglamento 10/2011 con límites que debemos cumplir para los materiales en contacto con alimentos. Además, no se permitió su uso en la fabricación de vasos ni biberones. Tampoco se permite la migración en recubrimientos en objetos destinados a entrar en contacto con alimentos para lactantes ni niños de corta edad. Hace más de 8 años.
Si se elimina de los productos para los niños ¿no será tóxico para nosotros?
Demos un paso atrás, pero sólo para coger impulso.
Índice de contenidos
¿Qué es un disruptor endocrino?
Son una serie de sustancias químicas diversas y heterogéneas (cada una de su padre y de su madre) que podrían tener capacidad de alterar el sistema hormonal del organismo. No se asusten, pero la OMS elaboró una lista de más de 800 sustancias identificadas como tal y que forman parte de nuestra vida diaria. Su origen puede ser animal, sintético o vegetal (como los fitoestrógenos). Llevan muchísimo tiempo entre nosotros sin que se oyera nada de ellos ¿por qué ahora sí?
Básicamente porque los valores de exposición que tienen son tan bajos que hasta hace poco ni siquiera se podían detectar (0.000000001 g/L según informa Moisés Canle -Doctor en química y profesor de la Universidade da Coruña).
Algunos son solubles en agua y se eliminan por orina o sudor (cuestión que aprovechan para decir que “orinamos plástico”) pues oigan, mejor fuera que dentro. Si se eliminan, digámosles adiós con alegría. Los que no son solubles el agua, pasarían a acumularse al tejido graso, pero claro, para ello tendrían que transportarse hasta allí (sí todo es química, el agua también) y como no son solubles, no es fácil.
Es decir, que entra poco, lo que se puede se elimina por orina, lo que no puede no entra en los tejidos porque no puede moverse y se elimina… por donde van las cosas no solubles, ya saben.
Y el Bisfenol A ¿qué es?
Se trata de un compuesto químico utilizado en combinación con otros compuestos para la fabricación de plásticos y resinas. Ha sido objeto de estudio de la EFSA en la que se han valorado estudios y comparado resultados desde hace años. La primera evaluación completa fue en 2006, a partir de ahí han revisado nueva información en 2008, 2009, 2010, 2011 y 2016. En 2015, y como principio de precaución, disminuyó aún más la ingesta diaria tolerable a 4 microgramos por kg al día. En 2018 comenzaron a evaluar de nuevo y en el 2020 entregarán otra revisión actualizada.
En 2015 volvieron a concluir que el BPA no plantea problemas de salud para los consumidores de cualquier grado de edad (incluyendo niños no nacidos, bebés o adolescentes) en los niveles actuales de exposición a la dieta.
¿El BPA es un peligro?
Un peligro es una posible amenaza para la salud, pero para ser rigurosos hay que tener en cuenta lo que es un riesgo y eso depende de la cantidad de sustancia a la que estamos expuestos, durante cuánto tiempo y el momento de la exposición (si eres un feto, bebé o adulto). Por ese motivo se elimina, como medida extra de prevención, en este último factor.
Lo normal es que se nos olvide comentar estos tres factores tan importantes sobre todo si nuestra intención es alarmar.
¿Y si estamos expuestos a varios productos con BPA?
Las estimaciones más altas para la exposición de fuentes combinadas (dieta, polvo, el dichoso papel térmico…) están entre 3 y 5 veces por debajo de la mínima tolerable. Es decir, si lo mínimo es 4 microgramos por kg al día, hablaríamos de una exposición (contando con TODO a lo que estamos expuestos, entre 0 y 1 microgramos/kg/día. Si eliminamos esta ingesta agregada, hablaríamos de 5 veces menos que la dosis tolerable.
La exposición dietética en lactantes alimentados con biberón es 50 veces menor a la autorizada, teniendo en cuenta la exposición más elevada. En bebés y niños pequeños (también en estimaciones elevadas) sería casi 5 veces menos a la autorizada (probablemente por mayor consumo de alimentos en menos cantidad de peso). Así que no, no hay problema con el pis de los pequeños.
Que exista presencia de algo, no significa que tenga un efecto tóxico.
El ejemplo tonto del día:
Si tengo dos euros en el banco y me quiero comprar un bolso de 200 euros… tengo presencia de dinero, sí, pero en ningún caso será el suficiente para que pueda comprar el bolso.
Si no hay ningún riesgo ¿por qué la EFSA bajó las dosis tolerables?
No fue por aparición de problemas sino porque el método para evaluar el riesgo es mucho mejor ahora. Hay datos más precisos y medibles, así se puede controlar mejor.
Los estudios en ratones daban unos datos de la dosis en la que podría haber un efecto adverso de 8960 microgramos/kg/día. Al pasarlo a humanos se convirtió en 609. Para asegurarnos de que no va a haber ningún problema, se aplica un factor de incertidumbre de 25 y después, por si acaso, de 6 más. Es decir, 25×6, 150 veces menos que la dosis tolerable. Con eso se obtuvo los 4 microgramos por kg al día.
¿Cómo se sabe cuánto plástico migra al alimento?
Según el reglamento 10/2011, sólo podemos utilizar para la fabricación de plásticos las sustancias autorizadas, ni una más. Además, debemos demostrar que no migran en cantidades superiores a las autorizadas. Esto lo realizamos con dos tipos de ensayos:
- Migración global: qué cantidad de material migra al simulante (no utilizamos alimentos, sino algo que se le parezca)
- Migración específica: por cromatografía, identificamos exactamente qué compuesto migra y en qué cantidad.
Estos ensayos son obligatorios y no hay material que llegue al mercado (que sea apto para alimentos) sin que los tenga.
Eso sí, debemos usar los envases para lo que son:
- No reutilizar el envase con alimentos diferentes al original.
- Comprobar si el envase es apto para uso alimentario.
- No exponer a fuentes de calor.
¿Y el resto de contaminantes de los que se habla?
Vayan al apartado de peligro y riesgo. Ahí tienen la respuesta.
Las autoridades revisan evalúan, analizan y controlan a todo lo que estamos expuestos emiten conclusiones siempre basadas en infinidad de datos. Utilizan el principio de precaución y autorizan dosis muy inferiores a las que pueda dar el mínimo problema.
Ya saben, frente al miedo, conocimiento.
PD.
- No, los parabenos tampoco tienen ningún problema.
- Lo que más provoca obesidad y diabetes en niños es la mala alimentación y el sedentarismo y eso sí está demostrado. Sé que es más fácil echar la culpa a otra cosa, pero no.
- Sí, es recomendable que embarazadas y niños pequeños no consuman atún rojo (el de lata no tiene problema), cazón o pez espada. Siempre desde el principio de precaución.
- El papel del mercado también es seguro (y aunque no lo fuera, en transporte hasta el domicilio no hay tiempo suficiente para que migre nada al alimento. Salvo que vaya en tren de Extremadura a Madrid, ahí ya no lo podemos asegurar).
Referencias
https://www.efsa.europa.eu/en/topics/topic/bisphenol
https://www.efsa.europa.eu/en/supporting/pub/en-1732
https://www.efsa.europa.eu/en/press/news/180904
https://efsa.onlinelibrary.wiley.com/doi/10.2903/j.efsa.2015.3978
http://www.aecosan.msssi.gob.es/AECOSAN/web/seguridad_alimentaria/subdetalle/plasticos.htm
https://www.boe.es/doue/2018/041/L00006-00012.pdf
https://eur-lex.europa.eu/legal-content/ES/ALL/?uri=CELEX%3A32011R0010