10 bulos de la vacuna contra el COVID-19 que no deberías creer

La desinformación se propaga de forma muy rápida y el único el antídoto ante esto es contrastar la información y siempre buscarla en un sitio fiable.

Desde el inicio de la pandemia ha habido una ola de desinformación generalmente originada procedente en gran parte de las redes sociales. Es importante en una situación así recurrir únicamente a fuentes oficiales y estar al día en los avances que se consiguen.

El domingo 27 de diciembre se administraba la primera vacuna en España gracias al esfuerzo de científicos que han trabajado a contrarreloj para poder proporcionar una vacuna eficiente y segura. La mayoría de las personas estaban esperando este momento con ansias ya que supondría el primer paso para poder retomar nuestra vida con total normalidad. Sin embargo, ahora que hay varias vacunas aprobadas se ha creado cierta desconfianza en un sector de la población. Dudar  sobre lo desconocido es algo normal y bastante típico pero debemos tener cuidado ya que puede desembocar en bulos o  información falsa.

Bulos más extendidos

Por ello, a continuación te presentamos los 10 bulos más extendidos sobre la vacuna contra el COVID-19 desmontados por el Instituto #SaludsinBulos y el Instituto Balmis de Vacunas.

1- La vacuna existe desde 2001: la vacuna que existe desde 2001 es para el coronavirus en perros, no el COVID-19.

2- Quieren inyectar chips a través de la vacuna: no existen nano-bots o chips de un tamaño tan pequeño que entre en la cánula de una aguja hipodérmica.

3- Puedes comprarla online: cada una de las vacunas contra la COVID-19 está localizada desde la fábrica.

ARN mensajero

4- Las vacunas con ARN mensajero pueden alterar nuestro ADN: las vacunas de ARN no pueden, de ninguna forma, alterar nuestro ADN. Su función se limita a introducir unas instrucciones para que nuestro propio organismo produzca el antígeno.

5- Causa esterilidad: no existe ninguna referencia a la esterilidad en los estudios revisados por las autoridades sanitarias ni ningún posible motivo que pudiera causarla.

6- Se extrae de células de fetos abortados: los virus atenuados que contienen las vacunas  se cultivan en células de origen humano que son extraídas de las llamadas líneas celulares, procedentes de otras células. En los años 60 se utilizaron fetos para alguna de esas líneas pero ya no es así.

7- La vacuna contiene Luciferasa, sustancia “diabólica”: a pesar de que su nombre recuerda al diablo Lucifer, la luciferasa no sólo es un reactivo inofensivo para la Salud sino que no se ha usado la vacuna contra la COVID-19.

¿Vacunación obligatoria?

8- Se ha impuesto la vacunación obligatoria: la vacunación es voluntaria y ninguna Administración puede obligar a ponerla.

9- Las vacunas no son seguras: las vacunas que son aprobadas han cumplido con todos los requisitos de seguridad y eficacia que obligan a cumplir las administraciones sanitarias (como la EMA en la Unión Europea y la FDA en Estados Unidos) y que son de accesos públicos.

10- La vacuna destruye nuestro sistema inmune de forma permanente: el sistema inmunológico se activa debido a la vacuna, como lo hace de manera natural una infección, aunque con la seguridad de que no se trate de virus activos. Desde que se conocen las vacunas no hay ninguna evidencia de que las vacunas perjudiquen el sistema inmune.

Deja un comentario