Los azúcares añadidos

El tuit de sinazúcar.org en el que se muestra la imagen de un hombre adulto junto con numerosos paquetes de azúcar y el texto “En España, un adulto consume 40 kilos de azúcar al año de media. Fuente: AECOSAN” ha generado dudas sobre el tipo de azúcar al que se refiere (libre, intrínseco o la suma de ambos).

La metodología de sinAzúcar.org se basa en mostrar la cantidad de azúcar libre que contienen los productos, por lo que podría asumirse que, al estar presentada en su formato habitual, también se refiere a la cantidad de azúcar libre consumida.

He consultado con sinAzucar.org, y me confirman que el dato es el consumo de azúcares totales (mono y disacáridos tanto intrínsecos como libres), extraído del estudio ENRICA. Los resultados de este estudio se recogen en el Informe del Comité Científico de la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN) sobre criterios para incentivar la disminución del contenido de determinados nutrientes en los alimentos transformados, cuya reducción es de interés para la salud pública, y contemplan un consumo medio de azúcares totales de 111,2g/día por persona, lo que da la cifra de 40kg al año.

Desde sinAzucar.org consideran que <Vista la confusión, lo más correcto hubiese sido redactar el tuit de la siguiente forma: «En España, un adulto consume 40 kilos de azucares totales al año de media.»>

Pero…

¿Cuánto azúcar libre consumimos en España?

En este artículo se detalla que, para la OMS, los azúcares libres son los azúcares simples (mono y disacáridos) que se encuentran de forma natural en la miel, los jarabes y los zumos, y los que se añaden intencionadamente durante el procesado o el cocinado. Estos son diferentes de los azúcares simples de la fruta y de la leche, que la OMS considera intrínsecos. Este organismo establece recomendaciones solo para los azúcares libres, para los que recomienda reducir la ingesta a menos del 10% del valor calórico total (VCT) e, idealmente, a menos del 5%.

Cuando nos referimos al efecto negativo del azúcar sobre la salud, estamos aludiendo a los azúcares libres. Pero no es fácil valorar el consumo de estos, porque ni siquiera hay consenso sobre la definición de “libres” e “intrínsecos”.

Así, la EFSA no hace referencia a la distinción entre “libres” e “intrínsecos”, sino que considera “azúcares añadidos”, a la “sacarosa, fructosa, almidón hidrolizado (jarabe de glucosa, jarabe de alta fructosa) y otras preparaciones de azúcar aislado empleado como tal o añadido durante la preparación y manufactura de los alimentos”. Es decir, dejar fuera a los zumos y la miel, que sí tiene en cuenta la OMS.

Normativa más estricta

Sin embargo, entidades como Public Health England son aún más estrictos que la OMS y consideran “azúcares libres” todos los azúcares presentes en bebidas (excepto los de la leche), la lactosa y galactosa añadidas como ingredientes, las de los zumos de frutas y verduras (hasta aquí coincide con el criterio de la OMS), pero también los contenidos en purés, pastas y cualquier producto procedente de las frutas y verduras siempre que la estructura se haya roto.

En España, la única referencia sobre consumo de azúcares en la que se diferencian azúcares “intrínsecos” y “añadidos” es el Estudio ANIBES de 2017. No obstante, nos encontramos de nuevo con una controversia en la caracterización de los azúcares e, incluso, en la consideración de sus efectos sobre la salud. En la introducción indica “los azúcares añadidos son químicamente idénticos de los que aparecen de forma natural en los alimentos, de manera que el organismo no puede distinguir la fuente del nutriente y lo procesa de la misma forma”, pese a que hay evidencias firmes que indican que la estructura del alimento tiene efectos sobre la forma de metabolizar sus nutrientes.

Azúcar intrínsecos y añadidos

Dicho esto, el estudio ANIBES distingue entre “azúcares intrínsecos” y “azúcares añadidos”.

Para la evaluación del consumo de azúcares, ANIBES no tiene en cuenta la definición de la OMS de “azúcares libres”, sino que equipara el concepto “azúcar libre” con el de “azúcar añadido”: recordemos que para la OMS los azúcares de zumos, jarabes y miel son libres, aunque no sean añadidos.

ANIBES establece dos categorías de azúcares en los alimentos:

  1. Bebidas y alimentos sin azúcares libres (azúcares “intrínsecos”):
    1. Todos los alimentos frescos y no procesados que no llevan etiqueta y que no incluyen ingredientes añadidos: la mayoría de la fruta fresca, verduras, carnes, pescados, etc.
    2. Alimentos envasados siempre que no contengan azúcares libres/añadidos en la lista de ingredientes.

Se entiende “azúcar libre”” como los monosacáridos, disacáridos y alimentos usados por sus propiedades edulcorantes, excepto los polioles.

  1. Alimentos con azúcares añadidos:
    1. Todos los alimentos envasados en los cuales en la lista de ingredientes se indique alguna forma de “azúcar libre”

Para calcular los azúcares añadidos, ANIBES identifica los “azúcares naturales/ intrínsecos” a partir de tablas de composición de alimentos, y se restan a la cantidad de azúcares que aparecen en el etiquetado nutricional (que incluye todos los monosacáridos y disacáridos del alimento, sin distinguir tipos).

Con estas consideraciones, ANIBES calcula que el consumo medio de azúcares totales es de 76,3g/día por persona (unos 27,8 kg al año), de los cuales 42,4g son azúcares intrínsecos (que, como hemos visto, incluyen alimentos que la OMS considera que contienen azúcares libres) y 33,9 g corresponderían a azúcares añadidos.

¿Cumplimos en España las recomendaciones de la OMS?

A partir de estos datos no podemos saberlo.

Los 33,9 g de azúcares añadidos aportan un 6,7 % del valor calórico total, lo que efectivamente está por debajo del límite del 10% establecido por la OMS para los azúcares libres.

El problema es que no se está hablando de los mismos conceptos: para poder comparar los datos y saber si, efectivamente, la población española está por debajo del límite y cumple las recomendaciones de la OMS para los azúcares libres, habría que sumar a los “azúcares añadidos” calculados por ANIBES la cantidad de “azúcares libres” procedentes de zumos, jarabes y miel, ya que el estudio ANIBES no los considera añadidos (y no lo son), pero la OMS sí los contempla dentro de los que deben limitarse por considerarlos “libres”.

 

 

 

 

 

 

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