Estos días de agosto está circulando por grupos de Whats App el audio de un médico en el que advierte sobre el gran incremento de contagios por COVID19, cuyo origen son jóvenes que salen de fiesta por la noche. En este mensaje su autor asegura que estamos ante una segunda oleada y que los jóvenes son responsables por las fiestas nocturnas. Acusa a los menores de 30 años de tener una actitud irresponsable e, incluso, a muchos de intentar contagiar a otros de forma intencionada. ¿Cuánto hay de verdad en todo esto? En SaludsinBulos hemos consultado al experto Joan Carles March, profesor de la Escuela Andaluza de Salud Pública, sobre todo ello.
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¿Estamos ante una segunda oleada de #COVID19 en España?
Para el experto, «no se trata de una segunda ola como lo fue la primera-en número de muertes o número de casos en residencias, por ejemplo-pero es evidente que hay un número de contagios parecidos a la primera ola».
¿Son los jóvenes en la actualidad los que más contagios están provocando?
Los datos indican que sí. Según explica Joan Carles March, «el grupo de edad de 20 a 29 años, seguido del de 30 a 39 años, es el que origina más brotes de COVID en estos momentos. La mayoría de ellos inician los brotes antes de empezar a tener síntomas, cuando aún no son conscientes de que pueden contagiar a otras personas. El grupo de jóvenes contagiados y que viven con problemas sociales incrementa la posibilidad de generar contagio y está entre 15 y 29 años, por ejemplo, en el Sagriá o en Ordizia (menores de 33 años)».
Para el profesor de la Escuela Andaluza de Salud Pública «los jóvenes se sienten invulnerables. Pero ser portador asintomático puede afectar a otros. El 70% de los nuevos casos son asintomáticos y las personas jóvenes pueden contagiar a sus familiares y a personas más mayores. Y la asociación de los contagios está en situaciones donde se respira con fuerza con personas a poca distancia, como ocurre en fiestas de karaoke, gritar en pubs y discotecas, conversaciones en bares en voz alta o hacer ejercicio en gimnasios. Por tanto, espacios cerrados con poca ventilación, llenos de gente y situaciones de cercanía son peligrosos para el posible contagio».
Otros datos importantes son que «un 56% de los episodios de contagio donde estaban implicados jóvenes empezó antes de que el primer afectado empezara a sentirse mal. Los jóvenes menores de 40 años pueden ser vectores de transmisión del virus a otras franjas de edad. Los jóvenes es importante que sepan que son potenciales contagiadores. La media de contagios en España se ha reducido mucho en las últimas semanas: es actualmente de 50,5 años en mujeres y 46,3 años en hombres».
¿Hay que culpar a los jóvenes?
Según comenta Joan Carles March, «la relajación de los más jóvenes en cuanto a distancia física, abrazos o uso de mascarilla es demasiado grande. Hay menor percepción del riesgo». No obstante, criminalizarles no parece la solución: «el mensaje hacia los jóvenes debe ser de responsabilidad, no de culpa o insulto. Hay que explicarles que un acto irresponsable puede conllevar que tu familia enferme. Apelar a la responsabilidad es la clave. Y a partir de ahí, plantear y explicar campañas centradas en los hechos. Hay que saber que el riesgo 0 no existe. Además, es necesario ofrecer espacio para que los jóvenes compartan sus sentimientos y, además, no juzgarlos. Bajo la idea de si la lías, nos lías a todos hay que usar la voz de los propios jóvenes para llegar a los jóvenes».
«A los más jóvenes»-continúa el experto-«se les ha inculcado la idea de vivir el presente: no aplazar para después lo que puedes hacer hoy. Por eso, estar un año sin verano, existiendo posibilidad, les parece impensable. La publicidad enseña que el momento es aquí y ahora, y ese presentismo en el contexto de una pandemia se vuelve en contra de la salud pública. Sería bueno generar una conciencia nueva de que seguimos estando en peligro».
Responsabilidad individual junto a colectiva + normas
La opción que propone el experto para contener los rebrotes de coronavirus tiene tres vertientes: responsabilidad individual unida a responsabilidad social-colectiva (familia y amigos) y la adopción de medidas por parte de la autoridad, que debe «tomar medidas, poner normas y hacer cumplirlas». «La vuelta a la normalidad no significa no divertirse sino divertirse de otra manera. Y no moverse con un número excesivo de grupos diferentes, valorando mejor su círculo de amigos. Queda mucho aún por hacer en esta pandemia de la COVID19».