¿El alcohol es bueno para evitar el declive cognitivo?

El viernes te piden que escribas una entrada en un blog sobre bulos y salud, concretamente que revises la relación entre alcohol y daño cognitivo. Está claro que bajo el efecto de una o dos copas de vino nadie razona de la misma forma, la memoria se vuelve más volátil, la atención se dispersa, la capacidad de planificar y organizarse empeora y, en general, estás más espeso. Si en lugar de dos copas son cuatro, la cosa se pone francamente peor. Pero, ¿el consumo regular puede hacer de estos cambios algo irreversible? O, por el contrario, ¿puede que un consumo de alcohol “moderado” sea positivo para tus funciones mentales?

El día siguiente, un sábado cualquiera, pones en el buscador de Internet de referencia “10 beneficios del alcohol”. Lo primero que te sale es un listado del propio buscador que empieza con “recuperación de antioxidantes” y continúa con “favorece la función cognitiva”.

Un lector de una de estas noticias sobre los beneficios de beber alcohol responde en el foro del diario digital “(…) y mañana publicarán otro artículo que nos cuente los graves peligros del alcohol y sus efectos perjudiciales (…) El caso es entretener y llenar páginas con lo que sea”. Algo parecido pasa por la mente de profesionales sanitarios e investigadores, especialmente de aquellos que tratamos con problemas relacionados con el alcohol, al ver  estas noticias de escaso rigor, equidistantes cuando no alejadas de la realidad.

Investigaciones científicas

En cambio, pones deterioro cognitivo (“cognitive impairment” en inglés) y alcohol en el buscador de referencia de información científica, Pubmed, y aparecen 3.981 entradas, lo que demuestra que este sí es un tema de preocupación para los investigadores.

Pero hoy vamos a centrarnos en desmontar el bulo de que el alcohol favorece la función cognitiva.

¿Qué dice la ciencia?

La ciencia es el instrumento más fiable que tenemos para acercarnos a la realidad. Es una linterna en la oscuridad. No todas las investigaciones tienen la misma calidad, del mismo modo que no todas las linternas tienen la misma potencia. No todos los retos científicos son tan complicados, del mismo modo que la oscuridad tiene diferentes grados de intensidad, desde la que nos encontramos en el pasillo cuando vamos al lavabo por la noche a la que existe en la profundidad del océano. Ya adelantamos que, respecto al tema que nos ocupa, la linterna científica de la que disponemos hoy en día es de alta potencia, lo que no deja mucho margen a las dudas.

Dentro de las herramientas metodológicas, la linterna más potente es el metaanálisis, es decir, el análisis conjunto de varios estudios de alta calidad. Este mismo mes de mayo se ha publicado uno de estos metaanálisis, que incluye a más de 4200 personas y en el que se concluye que, por cada bebida estándar a la semana– el equivalente a un botellín de cerveza o una copa de vino -, el riesgo de deterioro cognitivo se incrementa un 3,8%. Este riesgo se dispara hasta el 76% si el consumo de alcohol supera las 2 cervezas o copas de vino al día. De hecho, algunos investigadores proponen que reducir al máximo el consumo de alcohol podría ser una buena estrategia para prevenir la demencia, la forma más grave de deterioro cognitivo.

Alcohol y daño cerebral

Si además acompañamos estos estudios epidemiológicos de investigación básica (la que se hace en laboratorios) conseguimos dar coherencia al conocimiento científico y, sobre todo, nos facilita el entender las causas concretas que provocan el daño cerebral. Sabemos que el alcohol provoca daño cerebral por diversas causas: toxicidad neuronal directa por disfunción de las mitocondrias y disolución de los lípidos de las neuronas, neuroinflamación, muerte neuronal por incremento de la oxidación reactiva y afectación del DNA, o déficits vitamínicos (principalmente de vitamina B1), entre otros. Incluso en autopsias de personas con daños cognitivos relacionados con el consumo de alcohol se ha visto una disminución del tamaño de ciertas zonas del cerebro. Sin embargo, la mayoría de estos estudios se centraban en pacientes con una adicción al alcohol o consumo muy elevados. Hasta ahora.

Un estudio reciente, muy interesante, explora a más de 25.000 participantes con pruebas cognitivas y resonancia magnética, y consideran diferentes factores asociados a daño cerebral. De estos factores el que presenta una relación más robusta con el deterioro cognitivo y las alteraciones cerebrales es el consumo de alcohol, incluso a cantidades mínimas. No en vano el artículo que presenta el estudio se titula “No hay nivel de consumo seguro para la salud cerebral: un estudio observacional de una cohorte de 25.378 participantes del UK Biobank”.

En conclusión, el alcohol es un tóxico, como cualquier tóxico ambiental (por ejemplo, el plomo o el mercurio); como tal, en pequeñas dosis y con exposiciones ocasionales, nuestro organismo lo tolera y elimina aceptablemente. En cambio, con exposición regular y a dosis moderadas o altas provoca daños, en ocasiones irreversibles. Uno de estos daños, seguramente el principal, es el daño cognitivo. Ningún tóxico es sano a pequeñas dosis, el alcohol tampoco; por definición no va a provocar una mejora de la salud. Sin embargo, a diferencia del plomo o del mercurio, este lo ingerimos de forma intencionada (o inducida por la sociedad).  Pero esto ya es para reflexionar otro día.

Referencias

  1. Lao Y, Hou L, Li J, Hui X, Yan P, Yang K. Association between alcohol intake, mild cognitive impairment and progression to dementia: a dose-response meta-analysis. Aging Clin Exp Res. 2021 May;33(5):1175-1185. doi: 10.1007/s40520-020-01605-0. Epub 2020 Jun 1. PMID: 32488474.
  2. Rehm J, Hasan OSM, Black SE, Shield KD, Schwarzinger M. Alcohol use and dementia: a systematic scoping review. Alzheimers Res Ther. 2019 Jan 5;11(1):1. doi: 10.1186/s13195-018-0453-0. PMID: 30611304; PMCID: PMC6320619.
  3. Zahr NM, Kaufman KL, Harper CG. Clinical and pathological features of alcohol-related brain damage. Nat Rev Neurol. 2011 May;7(5):284-94. doi: 10.1038/nrneurol.2011.42. Epub 2011 Apr 12. PMID: 21487421; PMCID: PMC8121189.
  4. Sutherland GT, Sheedy D, Kril JJ. Using autopsy brain tissue to study alcohol-related brain damage in the genomic age. Alcohol Clin Exp Res. 2014 Jan;38(1):1-8. doi: 10.1111/acer.12243. Epub 2013 Aug 27. PMID: 24033426; PMCID: PMC3867579.
  5. Anya Topiwala, Klaus P. Ebmeier, Thomas Maullin-Sapey, Thomas E. NicholsNo safe level of alcohol consumption for brain health: observational cohort study of 25,378 UK Biobank participants (pre-print) medRxiv 2021.05.10.21256931; doi: https://doi.org/10.1101/2021.05.10.2125693. https://www.medrxiv.org/content/10.1101/2021.05.10.21256931v1

 

 

 

Deja un comentario